Todo cambio que hacemos en la vida nos deja huella, nos deja una cicatriz. Se marca el alma, cuando nos alejamos de las personas que nos quieren y que queremos, son huellas imborrables, tanto, como la cicatriz de este ser humano, que sale a las calles acompañando a un numeroso grupo de personas que exigen un respeto a la diversidad sexual. Nuestra alma, nuestro cuerpo también lo marca el tiempo, ese cruel tiempo que nunca para y que solo podemos jugarle la broma con una foto.
1 comentario:
que buena charrasqueada tiene en la tecla no?
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